son como animales vivos.

I

Las imágenes no deberían de conmover, puesto que no viven. Uno las usa, las pone en su sitio, respira, transita entre ellas. Te acarician con sus uñas desiertas. Son como animales vivos. Si logran mirarte a los ojos, te desnudan. A veces se sienten error, rechazadas, inservibles. Mascotas parásitas, castillos de arena derretida, vaho de saliva seca. A veces, procrean. Entonces, se hacen enjambre, rebaño, hato, parvada.

 

Y así

    comienza

                      todo.

 

II

Esta es una colmena llena de imágenes que han respondido al llamado. Miríada de miradas. La llamamos “17%” y la presentamos como una exposición -¿de qué otra manera, si no?-. Es nuestra respuesta a la hipersaturación visual, esa tormenta que no te deja mantener los ojos abiertos. Que degrada las imágenes, inocentes y peligrosas, frágiles y gráficas. Si te acercas, podrás observar la piel que se levanta, residual y escandalosa, arrinconada entre átomos y espacio vacío.

 

 

III

Cierra los ojos y verás colisiones humanas, reflexiones sobre la labor de la imagen en las redes sociales, la pequeña muerte ficticia, abrazos de humo de tabaco, imágenes huérfanas, espectros afectivos, palabras inventadas, pixeles infantes, abstracción, violencia, gatitos, detalles, destrucción. Iconoclasia. Iconoclasia por hipersaturación.

 

 

Texto de sala, escrito para la exposición "17%", en la Galería Standard, en Valencia, España. Febrero 2017.